Padrinos: Andrés Giraldo y Matilde Zuluaga
Fue la quinta hija de Simón Narváez y María Teresa Zuluaga
El típico antioqueño apegado a sus tradiciones, pero al igual innovador y disidente.
Allí en el Carmen de Viboral comenzó un doblamiento de familias grandes y completas, provenientes de minorías españolas, quienes entraron por Cartagena de Indias básicamente vascos los Zuluaga y los Narváez del país vasco francés en limites con Navarra, aquí emplearon su fuerza laboral para forjar su propio porvenir.
Es de aquí donde nace la leyenda de los “arrieros”, antioqueños. Es aquí en el Carmen de Viboral en donde existen las fábricas de loza y hermosas porcelanas decoradas a mano.
Narraremos los episodios de la vida de Laura Rosa Narváez Zuluaga, (Agita) eran sus historias que una a una las fue narrando durante el tiempo que vivió y compartió en momentos con miembros de la familia Narváez.
Su nivel de estudios fue normal para la época en que vivió, en ese tiempo llegaban hasta quinto de primaria; las mujeres se dedicaban al magisterio. Pero al abuelo Simón, eso no le llamaba la atención, por las distancias a las que tenían que enviar a sus hijas para dedicarsen a la docencia.
Para Simón, la mujer debía dedicarse a las labores de la casa y aprender modistería. Es como trascurrieron los años de niñez y adolescencia de agita hasta en 1927 la familia emigra a Abejorral Antioquia.
Agita estudio en el colegio de la Presentación, allí iban las niñas de la región, los hombres iban al instituto para varones. Las instituciones no eran mixtas.
El abuelo prefirió pagarle un curso de culinaria fina, así que Agita gozaba de una especial sazón en los alimentos que preparaba. Fue una mujer muy culta, con profundas inquietudes entre ellas la lectura.
Agita se dedicaba diariamente a leerle el periódico a Simón su padre; desde la primera hasta la última Pág., el se sentaba en su silla y escuchaba atentamente cada palabra de esa voz suave y melodiosa, con entonación y puntuación perfecta.
Era una excelente conversadora e historiadora, de memoria privilegiada, nunca olvidó ni el más mínimo dato en fechas y situaciones vividas.
Su letra era cursiva de caligrafía Palmer al igual que su ortografía muy cuidada.
Estas dotes sirvieron para volverse el brazo derecho de su Padre Simón. Era prácticamente la administradora del almacén, llamado El Tranvía de Oriente, en Abejorral Antioquia; tenía la dirección del almacén a su cargo. Agüita era de un carácter fuerte y decidido. Cuando el almacén quebró en la crisis de los años 30 del siglo pasado, Simón puso una fábrica de tabaco; ayudaba en algo con la contabilidad de la fábrica, Agita, entró a estudiar modistería para volver a las labores hogareñas. Así, Simón hizo un riguroso horario de quehaceres para las hijas mayores: les tocaba una semana las labores en la cocina y esto lo eligió por orden de edad.
El carácter fuerte hacía que sus hermanas la molestaran y le dijeran que se fuera de monja.
Su forma de vestir, siempre de negro y tacones estilo Luis Quince muy puntiagudos.
Seria, aplomada, piadosa, devota, y amante de la Virgen del Carmen y del Sagrado Corazón de Jesús.
Cuando la familia se traslada a Dagua Valle 1939, ya que su padre quería estar cerca de su hijo mayor Conrado que había enviudado a un año de casado, las hermanas mayores; Francisca Emilia, Ana Josefa y María Inés se quedaron en Abejorral casadas con galanes antioqueños. “de pura cepa”.
Su hermano mayor Conrado, quedó abrumado de esa forma de vestir de Agita, la llevó de compras y le cambio ese look tan sombrío. A raíz de este traslado cambia profundamente las tradiciones y la indumentaria. Como apunte; Margarita su hermana menor nos cuenta que cuando Agita llegó a Dagua, Conrado, hermano mayor de Agita, le encantaba que ella le preparara los alimentos y se encargara de atenciones especiales a sus invitados.
Ya pasados unos años la familia se instala en su amado Queremal, su Queremal del alma, su Queremal que la conoció como una mujer íntegra y respetable. Y en donde ve morir a su hermana María del Carmen (maruja) un abril de 1948 y dos años más tarde a su padre, papa Simón en 1950.
Conoce a Eligio Mejía, apuesto joven en la misma época en que sus hermanas; Teresa Narváez, conocía a Pedronel Chois y Maruja Narváez, a Lázaro Velásquez. Eligio Mejía era policía, se enamoraron y tuvieron un noviazgo que terminaría en matrimonio pero que no se logró consolidar sino después de 16 años. Eligio agente de policía viajaba por su trabajo y lo cambiaban continuamente de ciudad, pero se encontraban y el amor volvía a renacer. (Fue el noviazgo más largo de la familia).
Agita era muy querida por la familia de Eligio, ella viajaba expresamente a Cali para visitar a los padres de Eligio, fue en una de esas visitas que Eligio le propuso matrimonio.
Entre los preparativos para la fecha de la boda sucedió lo imprevisto, Eligio Mejía redactó dos cartas; una despidiéndose de una novia y de la cual tenían proyectos para el futuro, y la otra carta a su prometida Agita, en el escrito a la novia le decía que el se casaría con otra y que no se preocupara de devolverle la maquina de Coser “Singer” que se la podía quedar, agradeciéndole los ratos de amor que juntos habían tenido, despidiéndose de ella y deseándole suerte en el futuro. Hasta aquí todo bien como caballero que era; cerraba una relación amorosa para poder cumplir a cabalidad con la relación de matrimonio con Agita. Lo imprevisto surgió cuando Agita recibió la carta dirigida a la novia en aquella ciudad en donde Eligio había sido enviado como agente de policía. El pobre de Eligio se equivoca y envía la carta que iba dirigida Agita a la otra y viceversa. Incluyendo el cadejo de cabello “mechitas de pelo” que se acostumbraba a intercambiar en la época de enamorados. Este revés le ocasiono un disgusto, enfado a la Agita y lógicamente, Eligio tuvo que esperar muchos años de noviazgo en “total 16 años” hasta que Agita aceptó ser llevarla al altar, se casaron, en la iglesia de San Fernando Rey en Santiago de Cali Valle. El 30 de agosto de 1954, el presbítero Fabio Moreno Narváez,(sobrino de Agita) presencio el matrimonio. Eligio Mejía Mejía, hijo de Ramón Mejía y Clara Mejía. Los testigos de este enlace fueron: Pablo E. Macías y Ramón Echeverri C.
Estando en el Queremal Eligio sufrió un infarto fulminante cuando trabajaba, que solo lo dejó expresar un grito de sus adentros y le hizo caer muerto, en la casa estaba Custodia, por una mujer que se encargaba de hacer los alimentos y algunos quehaceres de casa, ella corrió auxiliarlo, pero el ya estaba muerto, de inmediato llamaron a Cali, con la noticia, y la recibió Norita la hija mayor de Nora, que no se sintió capaz de decirle nada a agita cuando Nora llego, su hija le contó, y le dijeron así la noticia. “agita traen a Eligio muy delicado, ella se asusto y se puso a organizar una maletica con las cosas, y la llevaron al hospital universitario de Cali, cuando ella vio que la entraron por el lado de la morgue, y le dieron la noticia se desplomo al suelo”.
Eligio era un hombre muy especial no solo para agita, para toda la familia, un hombre integro, amado por sus cuñadas, cuñados, de una educación única. Para agita fue muy duro media vida se murió el día que su esposo dejo de existir. Nunca por mucho tiempo falto al cementerio central de Cali, los 31 de diciembre. Eligio no pudo darle a agita la sorpresa que le tenia, le había comprado unas reses, y las tenia en pastoreo en la montaña, la persona que las cuidaba se quedó con ellas, en aquellos tiempos se efectuaban transacciones de negocios con la palabra, en muchos casos no habían papeles de por medio y en vista de que nadie sabía quien las tenía, agita no pudo recuperar las reses. Es triste que ese hermoso matrimonio durara sólo ocho años. Hoy en día los restos de Eligio descansan en la cripta de la iglesia San Fernando Rey en Cali.
Agita vendió todo lo que tenía, la fábrica de velas, edredones de felpa hermosísimos, En la ramada puso un gallinero, siempre con su espíritu de mujer emprendedora.
Diciembre 64 agita Visita la familia Narváez Soto en la finca de veraneo en el Valle corregimiento de la Buitrera, Palmira. En aquellos años su hermano mayor Conrado viajaba con todos sus hijos 10 sobrinos de la tía Agita a pasar vacaciones en la finca de la Buitrera y en donde se reúnen con más miembros de la familia radicados en el Valle y Antioquia
La tía fue invitada por su hermano Conrado. Cuando agita vio al pequeño de los Narváez, Jairo, dijo “El rubio de ojos verdes es todo un hombrecito”.
Viajes:Agita viajó a Medellín con su hermana Nora y Norita por primera ves en avión por la Líneas Aéreas Nacionales S.A. (LANSA), fundada en los 40 por antiguos aviadores militares, la aerolínea, LANSA, impulsó la expansión internacional de los vuelos de esa empresa hacia Cuba y Venezuela, y propugnó por la construcción de aeropuertos propios en Bogotá, Barranquilla, Cartagena y Cúcuta. En aquel viaje fue en 1953 año en que se ordenó de sacerdote su sobrino Fabio Moreno Narváez, Agita también viajo con la abuela Teresa a Bogotá, en donde visito a su hermano Conrado, vivió con la abuelita Teresa durante un tiempo en el Queremal. La abuela regreso a Bogotá en 1968, y agita queda sola, en esa época, Stella Narváez sobrina de agita e hija mayor de Antonio, vivía en Buenaventura, cierran la empresa el Mangle Pacífico, donde trabajaba su esposo José Lara. Los Mangles arboles, curiosidades y cosas interesantes de botánica. ... destinada a la construcción, producción de leña, carbón de leña y de los taninos empleados en curtiembres y tintorería. ... Son productores de grandes cantidades de oxígeno. Los Lara-Narváez se vienen a vivir al Queremal, a casa de agita, con su hija mayor Stelita que contaba con 11 meses de nacida. “Como anécdota, Stella vio el cuarto cerrado, y le preguntó a agita por que está cerrado? Ella le contó que era donde había muerto, Eligio, Stella le dijo ese cuarto lo quiero yo, Cuando Stella se fue después de un año de vivir con agita a Cali. Agita paso su habitación a ese cuarto, y nunca lo volvió a cerrar. Hasta su muerte, agita dormía con una luz prendida y el radio en noticias, eran su compañía en la noche”.
Agita comienza a formar parte activa de la iglesia, en los coros y en la semana santa, nunca faltó a misa en las noches, en su casa habían manteles blancos, jarrones, era la mano derecha de los sacerdotes. De allí se dedica a ayudar a sus sobrinos, prefería enormemente los varones, en especial a Elibero, el hijo mayor de Lázaro Velázquez y María del Carmen “Maruja” (quien falleció a muy corta edad). Era muy pendiente de los hijos de Nora,, los llevaba de veraneo al Queremal. Su hermano preferido, fue Juan José, a quien le decía “juancho”, el la acompañó durante todos sus años de su vida, iba, le daba vuelta y se tomaba el tinto del medio día con ella. También Manuel Antonio, formó parte importante, aunque no le toleraba mucho su comportamiento. Junto con el padre Salvador, ayudó a un seminarista al padre José Moreno, así llegó hacerse sacerdote y capellán de la catedral de Cali. Ella le ayudaba muy puntualmente con los artículos de aseo. “Como si lo que le decían sus hermanas en su juventud se hiciese realidad; de carácter fuerte hacía que sus hermanas la molestaran y le dijeran que se fuera de monja”
Así continúan los años, entre el Queremal y Cali, en Cali se hospedaba en la casa de José y Stella, y sus lazos se hacen más fuertes, con sus hijas.
Agita siguió entregada a su labor en la iglesia, formaba parte del coro, y las fiestas de la iglesia eran principales para ella, su casa era visitada en los veraneos, de los meses de julio y agosto, por familiares que la apreciaban y querían, aunque su carácter, recto y muy disciplinado hacia que los jóvenes la miraran con cierto respeto.
A los 75 años se sintió muy sola, en esa época la hija de Stella y José, Nora Stella se había casado con Iván Martínez, quien le había propuesto a agita, que cuando se sintiera muy solo y enfermita, cuando ya no pudiera vivir solita, lo llamara que la recibirían. Y así fue, después de una visita que agita hizo a la pareja para conocer su primogénito, Nicolás, Martínez, en Cali, ellos la llevaron, y cuando se venían la notaron muy triste. Al fin de semana siguiente llamó, y dijo, estoy lista vengan por mi. Así Iván se fue por ella en la ambulancia de los bomberos de Cali, la trajo y desde ese momento noviembre de 1992 agita se quedó viviendo con la familia Martínez Lara.
Soy Nora Stella Lara Narváez, hija de Stella Narváez, y José Lara Lezama, y daré mi testimonio de las vivencias mías y de mis hijos, tal cual como vivimos con Laura Rosa (Agita). Llamada cariñosamente por mis hijos (Laurita) Siendo la nieta mayor de Antonio Narváez, el traer a Laurita a vivir con nosotros, creó algunas diferencias a nivel familiar, pero en realidad lo importante es que ella fue feliz.
Cuando yo tenia cinco años, agita dijo quién me irá a cuidar a mi cuando yo sea viejita? y a eso respondí: tranquila agita yo te cuidaré, y así fue.
Mientras crecimos, agüita compartió navidades, vacaciones con nosotros, nunca fue indiferente, incluso fue como nuestra abuela, estricta y muy cautelosa, pero se ganó nuestro amor. Nunca olvidaré los sietes de diciembre, y agita batiendo una deliciosa natilla.
Los 78 años se le celebraron con una misa, y la familia asistió, pero poco a poco fuimos quedando solos. Sólo Antonio Narváez, mi abuelo nos visitaba con frecuencia.
Laurita (Agita) volvió al Queremal, una sola vez, para ver unos arreglos que se le habían hecho a la casita, nunca mas quiso volver, se puso feliz por las adaptaciones hechas, pero no volvió. En mi casa, agita (Laurita) como le fuimos llamando cariñosamente, encontró calor de hogar, mis hijos fueron sus nietos, quienes la obedecieron y quisieron.
Hablar de Laurita (agita) y contar su vida ha traído a mi gran nostalgia, por múltiples cosas que sucedieron se siente golpeada mi alma, pero fue más fuerte el poder de Dios que me ayudó a llevar mi labor hasta el final.
Muy feliz vimos a agita el día que nombraron a su sobrino Obispo, esa ordenación, nunca la olvidaremos, ya que para ella era orgullo hablar de sus sobrinos antioqueños, y su entrega a los servicios religiosos. “El papa Juan Pablo II nombró como Obispo de Riohacha al padre Gilberto Jiménez Narváez, hecho que fue publicado por L’Osservatorio Romano. Indiscutiblemente este nombramiento para la tía Agita como para los demás tíos de la familia fue un hecho transcendental que llenó de felicidad y amor a la Familia Narváez Zuluaga. Agita viaja a Medellín a la consagración a obispo de su sobrino estuvo casi dos meses, entre su familia, fue el ultimo viaje, que la llenó de paz y regocijo. La invitación que recibió, transcribimos el texto de la invitación que recibió Agita de la Diócesis de Sonsón – Rionegro: “Ordenación Episcopal del Pbro. Gilberto Jiménez Narváez, Flavio Calle Zapata, Obispo de Sonsón-Rionegro, y su Presbítero, se complacen en invitarle (s) a la Ordenación Episcopal del Pbro. Gilberto Jiménez Narváez, nombrado por Su Santidad el Papa Juan Pablo II como Obispo de Riohacha-Guajira. Iglesia Catedral de Rionegro (Antioquia) Septiembre 7 de 1996 10:30 a.m
Reflexión:Un Obispo tiene que tener un oído al Pueblo y otro a Dios, para cuando escuche al pueblo se lo diga a Dios. A muchos les molesta que los obispos partidarios de la “Teología de la liberación” afirmen siempre que la Iglesia de Jesús ha de seguir siendo pueblo o dejará de ser Iglesia de Dios. A la cúpula eclesiástica Colombiana es justo recordarles a los/las miles de muertos, a los 4.000.000, de desplazados, recordar sus rostros, sus compromisos, sus valores, sus ideales y saber que entre ellos/as había y hay personas de diferentes religiones y muchas que renegaban y reniega de su pertenencia religiosa justamente por el espanto que les causaban “los compromisos” de la Jerarquía católica con los gobiernos corruptos tan lejos del Evangelio y tan lejos de la gente. Enrique Angelelli, ese obispo Cordobés de gran corazón decía siempre: con un oído en el Evangelio y otro en el pueblo, en ése pueblo del que somos parte las mujeres con nuestras demandas y nuestras luchas también. Para él esa era la clave para los cristianos y así lo enseñaba y por eso lo mataron. Escuchar el clamor de la gente y leer el Evangelio con el corazón abierto para comprender, para caminar juntos, para encontrar la tan ansiada justicia, que hoy sigue siendo una necesidad imperiosa para todas y todos en este país, eran motivos suficientes para perder la vida.
Paciente incansable del doctor Arenas, al que visitaba con mucha frecuencia, pues sufría de un glaucoma, el medico mostraba gran cariño por ella. Laura Rosa (Agita) muere a los 82 años, tras la pena de la muerte de su hermano Antonio, quien se fue antes que ella seis meses, 23 de diciembre de 1998. Desde allí comenzamos a ver a agita desmejorar,
Murió en junio 25 de 1999.
Me siento satisfecha, de haber cumplido mi labor, la que realicé con cariño y entrega, los últimos días de agita fueron míos, sus secretos, sus virtudes, sus angustias, nunca pensé verla morir, pero murió sosteniendo mi mano .Su velación fue en jardines del recuerdo, con una hermosa ceremonia en la cual canté, y como se lo prometí, lo pude cumplir, no te dejaré sola la primera noche que mueras, el poder llenarme de valor y cumplirle fue la satisfacción con la que sigo mi camino, sin ella.
Lo que si sé; es que dejó un gran vació en mi familia, pero también es la compañía angelical que cubre de paz y protección a mis hijos, agita amaba a Nicolás y a David, y en los peores momentos en su salud, estuvo vigilante, ahora después de su muerte, sigue entre nosotros, por que el poder de su amor y agradecimiento, es recompensado, con el amor que sentimos por ella.
Agita cuando llego a vivir conmigo, escrituró la casita del Queremal, a mi nombre, y ese legado que dejó a mis hijos, pasará de generación en generación.
Su amor por el Queremal, por sus frías tierras, fue contagiado a mis hijos, quienes aman su casita de madera, la que guarda la historia de una mujer pujante, piadosa, y familiar digna hija de Simón y María Teresa Narváez Zuluaga.
Como su última voluntad, esta por cumplir, es llevar sus restos, y llevarlos junto a los restos de su amado esposo, en la cripta de la iglesia Cristo Rey. Barrio San Fernando de Cali. Este año, lograremos dar oportunamente la voluntad de nuestra Laura, más conocida como agita. En la misma iglesia también se encuentran los restos de los abuelos Simón y Teresa, y familiares: María del Carmen (maruja), Ana Rincón Narváez, Luis Rincón, Manuel Antonio Narváez Zuluaga, Hernando Rincón Narváez, Fulbia Beltrán de Rincón, Stela Rincón. Adán Valencia, Adalalberto Valencia Narváez.
PALABRAS PARA LAURA.(Agita)
De ti me quedaron tus recuerdos,
De ti me quedo tu energía, de ti me quedaron los gustos por la música,
La piedad y la oración por nuestro Dios.
De ti me quedo tu casita,
Que es templo de amor,
De ti me quedo el vació,
Con tu partida.
Gracias por compartir con nosotros,
Gracias por tu sabiduría,
Gracias por agrandar nuestra fe en Dios.
Ahora estas con tu amado, ahora nos guiaras desde allí,
Pero tu sabes que nosotros,
Siempre nos acordamos de ti.
Un rosario de besos tu canción,
Un rosario tu vida fue…
Pero el Dios del cielo,
Te envío,
A este mundo para enseñar,
El amor por tu credo,
Y la continúa lucha por la verdad.
Nora Stella Lara Narváez. Luz Elena Chois Narváez, Conrado Narváez Soto y Jairo Narváez,